viernes, 4 de septiembre de 2009

se acabó el verano





Se acabó el verano. Sí, sí, el trabajo vuelve al primer plano. Llegan los containers de Shangai con la obra de Ai Weiwei, recién ayer empezaron a descargar con una grúa inmensa las primeras piezas de “Template”, la famosa obra que se derrumbó en la Documenta de Kassel tras una fortísima tormenta hecha con unas puertas antiguas, absolutamente hermosas, de la dinastía Ming y que vamos a montar aquí tal cual se quedó en Kassel, plegada sobre sí misma. Yo me muero por que se empiece a montar "Chandelier", una de mis favoritas suyas y sus fotos de época de estudiante en Parsons en NY, a principios de los 80’s.
Así que toca ponerse el chip activo del otoño.
Haus der Kunst se reactiva, y yo con ella.

Se terminaron las holidays. Pero he tenido mis momentos de descanso en la casa de Sophie. Ella viene de Lindau, lugar situado en la parte alemana del Lago Constanza (3000 hectáreas de agua que unen las fronteras suiza, alemana y austríaca) un lugar de ensueño en el que hemos combinado el agua dulce con el sol, las reuniones con amigos y cenas con sabor a verano en el que las horas se pasan volando. Y sí, tuve una visión de las que hacía meses no tenía, me ví a principios del siglo pasado, vestida con vestidos de lino en colores claros y ligeros y un sombrero de paja protegiéndome del sol; una dama que acude a su casa del lago para curarse los ataques de asma de la ciudad y encontrar silencio para escribir, cuidar de sus plantas y retomar el contacto con la naturaleza. Me ví bien clarito, bien light, luz ligera, ligera luz, y la imagen me ha dado para investigar en una línea estética acorde al momento actual que siento, aunque fuera hace 100 años.
Vas y vienes, vienes y vas, y sin embargo todo es el ahora.
Unos días armónicos pues, en la preciosa Hütte de la familia de Sophie. Un hogar que se nota se ha ido construyendo de a poquito, como La Casita de mis padres, donde se han hecho las cosas despacito y con amor, llena de antigüedades y flores y paredes cubiertas de hiedra donde era un verdadero placer levantarte y desayunar en el jardín, vaguear, tomar el sol, estar con sus amigos de toda la vida, rodeada de verde eufóricamente calmado, bajar al lago y helados y paseos y charlas y risas y cocktails.
Dolce Vita a tuttiplén.

Y ahora, jetz, volvemos al trabajo y es la exposición retrospectiva de Ai Weiwei, el artista chino, que tiene por título “So Sorry”. Llega con un montaje espectacular, con su equipo de veinte ayudantes y dos cocineros que aterrizan en unos días junto al artista y su asistente alemana a trabajar porque inauguramos a mediados de octubre. Tengo muchas ganas de conocerlo.
La fachada está ya preparada para la obra inédita que ha hecho específicamente para el museo. De nuevo movimiento al 300%.
Exciting.

Os dejo mientras tanto con unas postcards vom Bodensee/Lago Constanza.
Maravilloso verano.
Vielen Dank liebe Sophie, es war so schön!! ;)

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